Charo Rodríguez, responsable de Transición Energética del Centro de Investigación de Cepsa, visitó este lunes el Instituto de Ciencia Molecular (ICMol) de la Universitat de València para exponer algunas de las líneas estratégicas de la compañía y analizar posibles colaboraciones con científicos y grupos de investigación del centro a través del área de Innovación y Transferencia del ICMol, dirigida por Antonio Alberola.
“Vamos hacia una imparable sustitución de los combustibles fósiles tradicionales”, señaló Rodríguez, en la que la tecnología y la innovación son fundamentales. Por ello destacó la importancia de la colaboración "con universidades, centros de investigación y otras instituciones, con contrastada experiencia, como el ICMol".
"Nosotros estamos avanzando en nuestro plan estratégico de descarbonización para 2030 "para reducir nuestras emisiones y las de nuestros clientes y llegar al objetivo de ser 'neutrales' antes de 2050". Y, como ejes estratégicos, la movilidad sostenible, biocombustibles de segunda generación e hidrógeno verde en los territorios de mayor implantación, principalmente España y Portugal.
Rodríguez, química de formación, impartió una conferencia en la que expuso ante medio centenar de investigadores del ICMol los desafíos a los que se enfrenta el sector energético. Por ejemplo, habló de la incorporación de materias primas de origen renovable que, por medio de técnicas de economía circular, se nuestros procesos de producción para sustituir los materiales fósiles tradicionales”, argumentó.
En su charla, la portavoz de Cepsa detalló el profundo proceso de transformación que la compañía está experimentando y cómo está cambiando radicalmente en su camino hacia la transición energética y las cero emisiones netas. Citó, por ejemplo, la transformación de sus dos "parques energéticos" en San Roque (Cádiz) y Palos de la Frontera (Huelva) en centros industriales "diversificados y sostenibles”.
Para contribuir a la descarbonización de los transportes aéreo, pesado y marítimo, la alternativa de la electrificación no es viable en todos los casos. De ahí que se hayan abierto caminos para el desarrollo de procesos y nuevas tecnologías de conversión de materias primas para los biocombustibles de segunda generación, que no compiten con la alimentación y sostenibles que transformamos mediante procesos térmicos, catalíticos o biológicos, como es el caso de la transformación de la biomasa residual.
“Estamos volcando nuestros esfuerzos en implantar nuevos procesos químicos de producción con materias primas, como la biomasa y residuos, porque tenemos claro que la ruta hacia la descarbonización debe asentarse en la producción de moléculas verdes como son los biocombustibles de segunda generación y el hidrógeno verde o derivados como el amoniaco verde”, señaló.
Además, el uso de residuos como materia prima “es complejo y requiere de un trabajo conjunto de muchos departamentos para lograr productos de calidad”, concluyó. En este sentido, el hidrógeno verde constituye un vector energético clave para lograr descarbonizar la actividad industrial y la movilidad sostenible.
"Proyecto cofinanciado por la Unión Europea a través del Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Comunitat Valenciana 2021-2027"